El Cenote Sagrado, que también es conocido como el cenote Chenkú o el cenote de los sacrificios, es uno de los lugares más con más importancia para los Mayas, ya que, en su época de esplendor, era considerado un lugar sagrado por su conexión con el inframundo y un lugar en donde se hacían las ofrendas a los dioses. Actualmente es uno de los sitios más importantes para visitar cuando se visita Chichen Itzá y así mismo es considerado patrimonio nacional.

Siguiendo uno de los caminos de la pirámide mayor, encontrarás el cenote muy singular, es casi un círculo perfecto, muy grande y con varios metros de descenso que termina en un agua de color verde esmeralda. Está rodeado de unas altas paredes y mucha vegetación de local. También, se dice que en el fondo del cenote hay una gran cantidad de vegetación marítima, es por eso que tiene ese color verde esmeralda tan característico.

Debido a su gran importancia y a que no tiene un acceso “seguro”, el cenote sagrado no cuenta con acceso al público, sólo se puede observar desde una distancia segura. Está bardeada por una malla, la cual no está permitido saltarla, en parte porque podría ser peligroso y porque en una parte de la orilla tiene unas ruinas que eran pertenecientes a dos habitaciones. Pero no te preocupes, se puede observar a la perfección desde la valla y puedes tomarte fotos con este impresionante cenote de fondo.